
Viaje en avión a Madrid y visita al Zoo Aquarium por 6º Primaria
El pasado 26 de noviembre, víspera del Día del Maestro, las alumnas y alumnos de 6º de Primaria viajamos en avión a Madrid, donde aprovechamos para visitar el Zoo Aquarium y pasar un día inolvidable. Para muchos de nosotros, ésta era la primera vez que subíamos a un avión y fue muy emocionante.
El día comenzó muy temprano para todos nosotros. A las 7,30h nos reunimos en el Aeropuerto de Talavera de la Reina (Badajoz), donde nos llevaron nuestros familiares.
El aeropuerto de Talavera y el avión
Ahí nos dieron nuestra tarjeta de embarque y pasamos el control de seguridad. Para ello tuvimos que depositar nuestras mochilas y abrigos, y todo lo que llevábamos de metal, en unas bandejas de plástico para ser escaneadas por el detector de metales. Nosotros pasamos por un arco también.
A las 8,15h llegó la hora del despegue. Estábamos todos muy nerviosos por el cosquilleo que provocaba el avión. Antes de que nos diéramos cuenta ya estábamos volando. Estábamos tan sorprendidos y excitados con la nueva experiencia que no se nos borraba la sonrisa de la boca. Todo era tan nuevo para nosotros…
Fue fascinante ver cómo atravesábamos las nubes y nos situábamos justo encima de ellas, como si voláramos sobre un mar de espuma. Mira por donde éste fue el único momento en que vimos el sol ese día. "Maestro, ¿y qué pasa si nos caemos ahora encima de una nube?". Los demás pasajeros del vuelo se sonreían al ver nuestras caras sorprendidas y escuchar nuestros comentarios tan ocurrentes.
Al momento, la azafata tan simpática del avión nos ofreció un pequeño desayuno compuesto por zumo y unas galletas riquísimas. Algunos ya habíamos aprovechado los botones que estaban por encima de nuestra cabeza para llamar a la azafata. Nuestros maestros siempre nos decían que nos fijáramos en los mensajes y en las señales del avión como: apretarse el cinturón, mantener el asiento firme, no fumar… que estaban en español y en ingles. El cinturón tenía un sistema muy curioso para engancharlo y soltarlo.
El aeropuerto de Madrid-Barajas y el metro.
El aterrizaje fue también muy bien. "Maestro, ¿esto ya es Madrid?". Salimos del avión directamente a un pasillo móvil que conectaba con el Aeropuerto de Barajas. Afuera vimos muchísimos aviones estacionados, como podéis ver en la foto que acompaña a este texto. Ya en la Terminal 4 nos quedamos maravillados con su grandiosidad, era altísima y muy bonita. Hasta los maestros, preocupados porque no nos despistáramos ni nos alejáramos ni un metro, no podían ocultar su asombro.
Había muchísima gente de varios países. Vimos también muchas puertas de embarque para los distintos vuelos, con los pasajeros esperando cerca del monitor donde lo mostraba. También había tiendas pero, lo que más nos gustó del Aeropuerto, fueron las cintas automáticas que te llevaban de un extremo a otro de la terminal sin apenas caminar nada: ¡Qué chulas eran! Y después las escaleras mecánicas y las cintas del equipaje.
Después de un ratito caminando, que se nos pasó en un periquete, llegamos al metro. Primero sacamos los billetes en las máquinas, con la ayuda de una señora muy amable del servicio de información del Metro de Madrid. Teníamos casi una hora de viaje y muchísimas estaciones por delante. Partimos del aeropuerto en la línea 8 y llegamos hasta pleno centro de Madrid, hasta la estación Nuevos Ministerios, donde nos tomamos el metro de la línea 10, que ya yos llevaría hasta la estación Casa de Campo, la más cercana al Zoo Aquarium. Fue un viaje muy divertido porque el metro se mueve mucho, ¡claro, es un tren que circula bajo tierra!
El Zoo-Aquarium de Madrid.
(Continuará)